Escribe: Sandra Beatriz Moreno Sorto
Y no fueron a cualquier universidad. Estuvieron en Deusto Business School, famosa por formar a élites económicas por décadas y que luego detentan el poder en empresas importantes a nivel nacional e internacional. Pues ahí, las campesinas dieron cátedra gracias al Encuentro de Educación en Finanzas Éticas y Alternativas de Euskadi “Transformando las finanzas desde lo local”, celebrado el 11 de octubre de 2019.
Aula a tope. Un éxito de convocatoria gracias a la complicidad de las organizaciones responsables del evento: Comunidades de Docentes e Investigadores (CODI), Finanzas del Colegio Vasco de Economistas y Finantzaz Haratago. Nadie se aburrió, porque cada ponente dibujó muy bien su punto de vista y aportó datos interesantes para entender el escenario actual, la desigualdad y por qué hay unas personas con dinero y otras sin un céntimo en la bolsa.
¿Quién anda sin dinero por la vida?, podría preguntarse la juventud universitaria. Salimos de dudas con el testimonio de Lola del Carmen Esquivel González, de la Cooperativa Gloria Quintanilla, en Nicaragua. Ella nunca estudió. Tampoco tuvo niñez. “Trabajé como burra”, contó al público, siendo consciente de que los y las ahí presentes habían tenido esa valiosa oportunidad. Se organizó para conseguir un pedazo de tierra y de paso “aprendí a poner mi nombre”.
Con visión
Pero Lola fue más allá. Con 19 mujeres, poniendo cada una 100 córdobas (moneda nicaragüense), hicieron su propio “Banco”. Era un 25 de julio de 2014. Ahora, manejan un fondo revolvente de 350 mil córdobas. Y lo hicieron por pura necesidad. “A mí no me darían un préstamo en un Banco, porque no lleno los requisitos”.
¿Qué requisitos? La campesina salvadoreña Ana María Quinteros, de la Asociación Nacional de Trabajadores Agropecuarios, explicó el meollo del problema: nunca la mujer campesina accede a un crédito, porque no tiene nada a su nombre. Realidad que justifica los proyectos de microcréditos, como los ejecutados por la Asociación Elkarcredit de Solidaridad (parte de Finantzaz Haratago), que dan formación y luego la oportunidad de un crédito. “Estos proyectos cambian vidas”, sostuvo.
Lola Esquivel trabajando con sus compañeras de la Cooperativa Gloria Quintanilla.
Nos sumergimos de lleno entonces en la parte constructiva de las finanzas, vista desde la ética y la solidaridad, y en el valor ético del dinero. Don dinero adquirió otra dimensión en este sistema financiero que sí conecta a la gente, como Lola y Ana María, con sus ideas, sus pequeñas “empresas” personales, aunque sea un pedazo de tierra… “sembramos café. Mi banco es la tierra. Mi riqueza es la tierra y el cultivo el ahorro”, dijo Lola.
Repensar el sistema financiero
A partir de esa afirmación, comprendimos el valor del no dinero. También entró en el cerebro otra forma de ver la generación de riqueza. Lola y Ana María llevan años repensando el sistema financiero que las excluyó prácticamente desde que nacieron. Conocen todos los términos opacos y obscuros de la economía que las llevó a usar su sentido común y hacerse las preguntas sobre el impacto financiero en las personas.
Las campesinas nos invitaron a preguntarnos “¿qué hacen los bancos con mi dinero?”, ya que quienes estábamos sí teníamos algo de ‘chirilicas’ en nuestras carteras, empezando por los demás ponentes: Aitziber Mugarra, “Oikocredit Euskadi”, quien habló sobre el Valor ético de las finanzas y su evolución; Joseba Madariaga, de la Universidad de Deusto, La educación financiera en la Universidad; Nina González Fernández-Argüelles, de FETS. Finançament Ètic i Solidari, que dio a conocer la Red FETS y la Red EFES (Red por una Educación en Finanzas Éticas y Solidarias); y David Lopategi, de Labore Bilbo, con la “Experiencia del supermercado cooperativo en Bilbao”.
Al terminar la cátedra, habíamos dejado de ser menos analfabetas económicas.
Enlaces
Red EFES
Comunicado sobre el nuevo Plan de Educación Financiera 2018-2021