Escribe: Sandra Beatriz Moreno Sorto
Fue una jugada maestra. Aconteció el pasado lunes, 7 de octubre de 2019, en Andrak, la Asociación Socio Cultural de Mujeres de Leioa, Euskal Herria, donde se celebró la conferencia “Feminismo Campesino y Popular, Finanzas Éticas y Economía Feminista”. Las cinco ponentes son realmente “cinco ases” de la lucha por defender la vida en el mundo de las finanzas. Es decir, poner en el centro del sistema financiero a las personas.
Tres de las ases apenas llevaban dos horas en Euskal Herria. Venían de Centroamérica: Lola del Carmen Esquivel González, de la Cooperativa Gloria Quintanilla (Nicaragua); Marlen Haydee Sánchez Calero, de la Asociación de Trabajador@s del Campo (Nicaragua); y Ana María Quinteros, de la Asociación Nacional de Trabajadores Agropecuarios (El Salvador). A ellas se unieron en la mesa principal, Amaia Carpio Muñoyerro, de Etxaldeko Emakumeak, y Josefina Roco Sanfilippo, del Eje de Economía Feminista, del Departamento de Género de la Fundación Mundubat.
“Hablaremos de muchas cosas, según lo indica el titular de la actividad”, comentó orgullosa Irati Cifuentes, de Economistas Sin Fronteras, una de las organizaciones de Finantzaz Haratago, responsable del evento junto a Mundubat y Asociación Elkarcredit de Solidaridad. “Estamos en la Semana de la Educación Financiera y de ahí, nuestro interés en conocer experiencias que desde lo local tienen un impacto en lo global. Son experiencias de las finanzas transformadoras”.
A por el cambio
La salvadoreña Ana María siempre inicia su jornada con un pensamiento: “sí es posible un cambio”. Ser positiva le ha permitido sobrevivir en el conflicto armado de su país (1980-1992). Fue refugiada en Honduras, después participó en tomas de tierras, una pelea por los derechos del campesinado. La lucha continúa, aunque tiene especial interés por las mujeres… “poco a poco, vamos llegando a los órganos de dirección. El conocimiento de nuestros derechos, por medio de formaciones, talleres, nos ha fortalecido, pero todavía hay muchas resistencias en los líderes y en las mismas mujeres para tener una equidad real”.
A los 13 años, Lola ya era una obrera del campo. Parió a sus 11 hijos e hijas en el monte. Desde hace mucho, lucha para que las mujeres además de reproductoras de seres humanos, sean autónomas económicamente y estudien. Su herramienta liberadora es un fondo revolvente manejado por mujeres. Lo crearon el 14 de junio de 2014. “Las mujeres pusimos 100 córdobas cada una y con lo que recogimos, nos empezamos a prestar; así, tuvimos para comprar los canastos que necesitábamos en la corta del café o la semilla y el abono al sembrar”, contó la nicaragüense. “Y lo que vale es la palabra. La confianza entre nosotras nos ha valido para crecer”.
La primera asombrada por los resultados del fondo revolvente es la propia Lola. En 2018, tenían en sus arcas 350 mil córdobas; en intereses, recibieron 85 mil córdobas; han contratado una contadora, tienen cuenta bancaria “y un WhatsApp con 40 mujeres”, comentó feliz de la incursión en el mundo de las nuevas tecnologías. ¿El secreto del éxito? “Las mujeres somos responsables, trabajadoras y ahorradoras. Antes, andábamos descalzas, ahora, se ha dado una cambio en nuestras familias. Nuestras hijas estudian”.
Feminismo Campesino y Popular
Marlen escuchó atenta a Lola. Conoce los cientos de obstáculos a sortear en la realidad de Nicaragua. Ella, a los 17 años, dio el salto al mundo del sindicalismo y a ser obrera agrícola. “Hemos articulado la lucha con La Vía Campesina, para garantizar los derechos del campesinado. En el empoderamiento de las mujeres, hablamos de nuestros cuerpos como territorios. Hemos aportado el Feminismo Campesino y Popular que está en pleno debate. En construcción”, informó la lideresa campesina.
Debate que lleva a discutir sobre el derecho a la tierra, la titularidad de la tierra, las políticas de créditos, garantizar el buen vivir de las familias, visibilizar el papel de las mujeres, decir abiertamente que una reforma agraria que solo beneficia a los hombres no es buena. “Estamos incidiendo en las políticas nacionales e internacionales”, aseguró Marlen, quien también juega un papel fundamental en la Escuela de Agroecología IALA Ixim Ulew en Santo Tomás, Chontales. Un centro de estudios que se proyecta a toda Mesoamerica y que cuenta con el apoyo solidario de Elkarcredit y Mundubat.
La mirada vasca del campo estuvo a cargo de Amaia, inmersa en la agricultura agroecológica. Posee una pequeña explotación agraria con Diego Sanz. Está convencida que la industrialización acabó con la red del campesinado, la cual hay que reactivar. Una de las tareas que más disfruta es el “auzolanak”, el trabajo comunal. Recordó, por ejemplo, la construcción de un gallinero en equipo, haciendo más fácil y agradable la edificación. Incursionan asimismo en talleres de elaboración de conservas, un programa de televisión o un calendario con una versión muy original de fotografías famosas.
“Es importante acercar las leyes a las baserritarras y que conozcan sus derechos, como el de la cotitularidad de la propiedad”, exhortó Amaia. “Llevamos a cabo jornadas de reflexión que buscan profundizar en las necesidades de las mujeres en el campo. Muchas están aisladas. No saben conducir un coche y eso hace que se mantengan aisladas, además de existir casos de violencia doméstica. Y a ellas tampoco les gusta la palabra feminismo”.
Enredadas
Sonrisas comprensivas en el resto de ponentes. Era el turno de Josefina (Txefi). Título de su exposición: “Más acá de los mercados. Ajustes desde la Economía Feminista”. Su vida es un constante interaprendizaje y, sobre todo, al aceptar el reto de replicar el proceso formativo de la Red de Mujeres Mesoamericanas en Resistencia por una Vida Digna en Euskal Herria, iniciativa apoyada por Mundubat. La primera prueba piloto fue en 2014 y está por comenzar, en la tercera semana de octubre de 2019, el noveno proceso en el Norte.
“Todo un parto”, confesó Txefi. Ella coordina el equipo de cuatro expertas en pedagogía popular y feminista. Habrá Escuela de Economía Feminista en las tres provincias y participarán mujeres vascas, migradas del Estado español, de América Latina, África, Europa del Este. La mayoría son trabajadoras de hogar y de cuidados. “Construiremos juntas herramientas políticas para dar respuesta a nuestros problemas”.
Escuchando a estas cinco mujeres, cinco ases del cambio en nuestro mundo, sí creemos que las cosas pueden ser de otra manera, pero que también debemos ser parte activa en esa transformación, como lo demuestra la nueva web de RedEFES, Red por la Educación en las Finanzas Éticas y Solidarias, con un blog de contenidos en finanzas éticas para organizaciones y profesorado. Fue lanzada precisamente este 7 de octubre de 2019, Día de la Educación Financiera. Otro as bajo la manga.
Enlaces